Tulsa – Big City

Concierto en el Teatro Lara de Madrid, el jueves 18 de noviembre de 2010

Miren Iza (Tulsa)

Yo no sé si el Teatro Lara, un viejo pero encantador teatro clásico con aires del siglo XIX, en el corazón de Malasaña, a un paso de la Plaza Luna (aún en proceso de recuperación) había experimentado antes un éxito de convocatoria como el que viene viviendo desde que tuvieron la genial idea de programar conciertos con lo más granado y selecto de la música “indie” actual, tanto nacional como extranjera. En las últimas semanas se ha podido disfrutar allí de grupos que van desde los estadounidenses “Pains of Being Pure at Heart” o “The Wave Pictures”, a la malagueña “Anni B. Sweet”, pasando por los (cada vez menos electrónicos) daneses “Efterklang” o el cantautor Damien Jurado.

Quizá las 22:30 (en la entrada; las 23:00 reales) sea un poco tarde para comenzar un concierto doble. Salir pasada la una y media se nota. Y más entre semana. Pero el plan merece la pena: Miren Iza y sus chicos llevan al escenario lo que parece ser un concierto bastante especial de “Tulsa”. Telonea el descubrimiento (al menos para mí) de la noche: los zaragozanos “Big City”.

Big City

“Yo La Tengo”, “Belle & Sebastian” y, por momentos, los primeros “Super Furry Animals”, son algunos grupos que me vienen a la cabeza cuando escucho a estos cinco “mañicos”, verdaderos virtuosos, que se han dispuesto asombrar al personal con un repertorio de temas contundentes e intimistas al mismo tiempo, donde cuerdas de guitarra solitarias, punteos y vibratos conviven con una batería que se aplica en que la cosa no decaiga en ningún momento. Unos teclados que recuerdan por momentos a Ray Manzarek o un piano intimista en otras ocasiones, contribuyen a crear una atmósfera melancólica, pero que en ningún momento abandona la senda del mejor pop contemporáneo. Algunos momentos recuerdan al intimismo de Elliott Smith, con una voz solitaria sobre un fondo sonoro que, en ocasiones, se funde con aquella.

Un puntito “country”, con esa especie de diálogo de guitarras que, no ya sólo escuchar, sino, incluso, ver (repito lo de la pericia de los intérpretes) supone toda una experiencia.  Un puntito de “folk” yanqui, que ahora se lleva. Pero no se crean que sólo de melancolía viven estos chavales. Los trallazos instrumentales, en la línea del mejor rock progresivo, abundan en unos temas que incomoda escuchar sentado, porque te piden moverte, aunque sea en la butaca (que, por otro lado, es particularmente cómoda para tratarse de este tipo de recintos). Una pena que (horario obliga) su actuación resultase demasiado breve para un grupo que, dentro de poco, seguramente veamos llenando las mejores salas.

A la salida no pude dejar de hacerme con la discografía del que ha sido para mí el descubrimiento de la noche. Y, voy a ser sincero: estoy enganchadísimo. La música de “Big City” (particularmente su último trabajo, el brillante “Celebrate It All”) es de esa que crea adicción. Yo, por lo pronto, estoy disfrutando como un enano.

Big City (Teatro Lara, 18-11-2010)

Y llegó el plato fuerte de la noche. “Tulsa” habían planeado el que sería uno de sus conciertos para recordar. ¡Uhhh! Este comienzo es de lo que auguran que algo gordo debió pasarles… Y así es. ¡Aunque lo gracioso es que nunca llegamos a enterarnos de qué era lo que les había ocurrido! Miren hizo referencia durante todo el concierto a los problemas que habían tenido, previos al concierto. Pero no entró en detalles. De todo nos queda saber que el concierto iba a grabarse en vídeo, pero no pudo ser.

Por lo que al público respecta, sólo algunos problemas con una iluminación excesivamente intensa, (Miren se refirió a ello como “cantar ante el vacío”), que en alguna ocasión provocó molestos reflejos; un comienzo un tanto accidentado que obligó a repetir un tema ya mediado desde el principio; y algún ligero percance con la falda al coger la guitarra; lo cierto es que el concierto estuvo a la altura de lo esperado.

Tulsa (Teatro Lara, 18-11-2010)

La guipuzcoana mostró su mejor faceta, a medio camino entre el “pop-folk” y el “country”, armada con una guitarra y una voz delicada con un deje triste, y acompañada por algunos asiduos del género (a Charlie Bautista es más que habitual verle a los teclados con algunas de las cantantes con las que suele compararse a Miren; pongamos por caso Christina Rosenvinge (¡yyyy!) o “Russian Red”. Por cierto, que me dejó asombrado ver cómo desaparecía y volvía a aparecer desde bambalinas justo cuando tenía que entrar el piano. ¡Portentoso!).

Así, tras un accidentado comienzo, los temas de su último y soberbio disco “Espera la Pálida” llegaron uno tras otro. Melancolía que baña letras sobre el rechazo, el abandono y la soledad, transita por temas como “Barro” o “Araña”. Canciones plagadas de (auto)reproches y tristeza por las relaciones imposibles (prefiero obviar el comentario de mis dos amigas a la salida: ¡esas cosas no se dicen! Al menos, en alto). Una voz que destaca sobre una impresionante orquestación (impecable la banda) que en ningún momento logra romper esa sensación de que está sola, cantando para ti.

Tras un paréntesis de un par de temas en que Miren se enfrentó en solitario al respetable, defendiendo la plaza con maestría, la banda volvió al escenario para retomar un repertorio que alcanzó su culmen con su impresionante versión de “Into My Arms”, de Nick Cave (“A mis Brazos”), para mí, el mejor momento de la noche.

A partir de aquí, el desamor de “Sólo me has Rozado” tomó el relevo, que concluyó en una interpretación a dúo con Javier Vicente, cantante de “Big City”, a la guitarra, de una versión de  “Big Star” íntima y austera, que puso el broche final a una noche emocionante y, como suelo decir yo, más que provechosa. Mereció la pena salir ya de madrugada a unas calles malasañeras extrañamente vacías. O, quizá, es que se veían más solitarias después de todo (¡sniff! ¡Ay, que me emociono!). Pues eso.

Tulsa

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2 respuestas a Tulsa – Big City

  1. iaGo dijo:

    Big City son muy buenos, tengo muchas ganas de verls en concierto…

    • Lo cierto es que son realmente grandes (valga el chiste). Como decía en el artículo, no les conocía antes del concierto y, cuando éste terminó, estuve un rato conversando en el puestecillo y me llevé un puñado de discos suyos dedicados. ¡Impresionantes! No sé qué pasa ahora en Zaragoza: están surgiendo un buen número de grupos que se irán dando a conocer en los próximos meses.

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